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Caso 762

Desde su juventud mi esposo ha tenido problemas con las drogas, la delincuencia y el alcohol.... Después de que nació nuestra hija, él se internó en un centro y dejó las drogas. Pero, cuando nació nuestro hijo, volvió a caer en las drogas y estuvo con otra mujer, con la que tuvo una hija.... Él volvió arrepentido, y lo perdoné. Hasta hace un tiempo estuvo bien, pero [luego cayó de nuevo en las drogas y, aunque] dijo que las iba a dejar, veo que no es así.

Ahora [estoy en] la casa de mi hermana porque no aguanto la situación.... Estoy pensando en separarme, pero... por mis hijos sigo adelante, siempre con ese miedo a que mi esposo caiga. ¡Es horrible vivir así!

Consejo

Estimada amiga:

Al parecer, usted y su familia han estado sujetas a una montaña rusa emocional de la que no pueden bajarse. Su esposo mejora, y eso parece ser motivo para animarse, pero él luego empeora, y eso hace que usted caiga en el desánimo. Su familia ha tenido que seguir aguantando los altibajos de ese tren desenfrenado, y ahora usted quiere saber si debe bajarse con sus hijos y dejar atrás al padre y esposo.

Lo más prudente sería que consultara a un abogado. Usted necesita saber qué derechos paternos tendrá su esposo si decide separarse de él. ¿Podrá él llevarse a los hijos para una visita no supervisada a un hogar ajeno donde usted no podrá protegerlos de lo que pudieran presenciar o sufrir? ¿Se le exigirá a él que sustente a los hijos económicamente a pesar de que ya no vivan con él? Un abogado puede ayudarle a resolver esos asuntos importantes.

Debido a que su esposo le fue infiel, creemos que usted tiene una justificación bíblica para separarse de él.1 Además, la drogadicción de él constituye un pésimo ejemplo para sus hijos. Sin embargo, los estudios que se han hecho al respecto han demostrado repetidamente que a los niños les conviene más tener una relación estrecha con el padre. Por eso no hay manera alguna de que sepamos si sus hijos disfrutarían de mejor salud emocional con sus padres juntos o separados.

La voluntad perfecta de Dios para cada niño es que tenga padre y madre que sean sabios y amorosos, que estén felizmente casados y que no sean adictos a ninguna droga. Sin embargo, todos sabemos que muchos niños no gozan de las ventajas de vivir en un hogar intacto y estable.

Cualquiera que sea la decisión que tome, usted puede hacer que sean mínimos los efectos negativos que sufran sus hijos al no hablarles mal de su padre. No trate de convencerlos de que usted tiene razón y él no la tiene. No cargue a sus hijos con tales asuntos. Por el contrario, tenga cuidado de que no le oigan hablar con nadie acerca de esta situación, y asegúrese de mantener en privado y en secreto las conversaciones con su esposo al respecto.

Le deseamos lo mejor,

Linda
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1 Mt 5:31-32; 19:9

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