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Caso 54

Tengo dieciocho meses de casado y estoy muy confundido.... No entiendo por qué mi esposa tiene el control absoluto del dinero que ganamos juntos.... Esto me molesta mucho porque ambos trabajamos. Algunas veces pienso que fue un error haberme casado.

La verdad es que me siento confundido. Por favor, ayúdenme.

Consejo

Estimado amigo:

Nos alegra que nos haya contado su caso porque es evidente que esa situación lo tiene muy preocupado. El dinero es una de las causas principales de los conflictos conyugales, y muchas parejas se identifican con el caso suyo en particular. Es importante dar pasos de inmediato para resolver su problema a fin de que no afecte su matrimonio de un modo permanente.

Cuando dos personas se funden en un solo ser a través de la sagrada institución del matrimonio, tienen que aprender a ceder en muchos aspectos. El aspecto económico puede ser el más difícil. El dinero que antes le pertenecía a uno solo ahora les pertenece a los dos. Esa es una cruel realidad para personas que se han acostumbrado a tener el poder absoluto de sus propios recursos. Cada uno de los cónyuges ahora tiene que considerar los deseos del otro en cuanto a los gastos familiares. Todos los recién casados deben dedicar el tiempo necesario para hacer un presupuesto y pagar las cuentas juntos. Cuando uno de los cónyuges hace esto solo, el otro tiende a entender mal y a resentir la forma en que se gasta el dinero. Usted nos ha dado la impresión de que ese ha sido su problema.

Póngase de acuerdo con su esposa respecto a cuándo van a apartar el tiempo para hacer juntos el presupuesto. Haga una lista de los gastos mensuales que no varían, tales como el alquiler, las cuotas mensuales del auto y las pólizas de seguros. Saque la cuenta del promedio que gastan en comestibles, impuestos, electricidad, agua y otros servicios públicos. Si tienen deudas acumuladas, ya sea en tarjetas de crédito o en instituciones académicas, también deben darle prioridad a su pago. Reste del total de sus ingresos mensuales el total de esas cuentas no negociables. Lo que sobre es la cantidad con la que tendrán que decidir qué hacer. Lamentablemente, cuando muchas parejas sacan el presupuesto y hacen la lista de lo que deben, se dan cuenta de que no les sobra nada. Esa realidad los deprime a tal grado que se valen de tarjetas de crédito o de préstamos para comprar algunas de las cosas adicionales que desean, tales como ropa, comida en restaurantes y diversiones. Esa costumbre sólo empeora la situación, y cuando se acumulan las cuentas de las tarjetas de crédito, al fin se dan cuenta de lo grave de la realidad que afrontan.

Si sobra dinero después de pagar todas las cuentas, recomendamos que cada cónyuge tenga una determinada cantidad que pueda gastar en sus antojos, tales como ropa y diversiones. Es posible que durante varios meses sea necesario ahorrar lo que sobra cada mes a fin de comprar algo costoso. Los dos también deben ahorrar dinero para alcanzar metas que se hayan propuesto juntos, tales como la compra de una casa o la futura educación de sus hijos. Y todos tenemos la responsabilidad de esforzarnos por ayudar a las personas necesitadas que nos rodean.1

¡No ame el dinero! ¡Ame más bien a su esposa! El apóstol Pablo enseñó ese principio hace dos mil años,2 pero no deja de ser válido en la actualidad. Si mantiene bien ordenadas sus prioridades, usted y su esposa podrán llegar a un acuerdo que fortalecerá su matrimonio.

Le deseamos armonía económica en su hogar,

Linda y Carlos Rey
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1 Heb 13:16
2 1Ti 3:3

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