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Caso 59

Tengo un niño de seis años [que es muy] inteligente y muy extrovertido.... Siempre me pide dinero; muy pocas veces le doy (sólo cuando puedo). En estos días llegó de la escuela comiendo helado, y yo no le había dado dinero... Le revisé los bolsillos y, [para] mi mayor sorpresa, tenía [unos billetes]....

Luego de decirme varias mentiras, me dijo que los había sustraído de una cajita donde guardo un dinero. Eso me entristeció mucho. No le pegué porque le prometí que si me decía la verdad, no le pegaba.

[También] me confesó que era la segunda vez que lo hacía.... Eso me preocupa mucho. ¿Qué me aconsejan?

Consejo

Estimada amiga:

Lo más importante de la información que nos dio es la edad de su hijo, ya que nuestra respuesta a su caso sería muy diferente si su hijo fuera mayor. Pero a los seis años de edad, los niños (aun los que son muy inteligentes) no tienen la capacidad intelectual de comprender cuestiones morales tales como la mentira y el robo. Los expertos en el desarrollo de los niños sostienen que un niño de seis años no puede distinguir del todo entre la realidad y la fantasía.

Los padres no deben esperar que sus hijos menores de siete años entiendan la lógica. Eso es importante porque se requiere la lógica para razonar, y es necesaria la razón para comprender los derechos de propiedad. Por lo tanto, es poco realista esperar que su hijo comprenda por qué es malo quitarle algo a usted. De modo que, si bien usted debe enseñarle que eso es malo, no debe esperar que él comprenda por qué lo es.

Con frecuencia los padres les hacen a sus hijos la pregunta: «¿Por qué?», esperando en vano a que la respondan. Los niños menores de siete años no tienen capacidad alguna para explicar por qué hicieron algo en particular. Algunos niños entre los siete y los doce años a veces pueden decir por qué hicieron algo, pero es posible que no hayan analizado su raciocinio con precisión. Aun a muchos adolescentes les cuesta trabajo explicar por qué optaron por hacer lo que hicieron.

A los niños se les debe enseñar a distinguir entre el bien y el mal. Y hay que darles el debido castigo cuando desobedecen. Los padres incluso deben dar razones para las reglas de acuerdo con la edad de los niños, tales como: «Cuando se le pega a alguien, eso duele. Serás castigado si le pegas a alguien.» «Este dinero le pertenece a mamá. Serás castigado si lo tomas.» «Si tocas el fuego, te va a doler. Serás castigado si tocas la estufa.» Sin embargo, es inútil y destructivo decir luego: «¿Por qué quieres herir a mamá?» , o: «Eres un niño malo por haber tomado mi dinero.» Con eso se le echa la culpa al niño de tener malas motivaciones, cuando el niño aún no puede razonar debidamente como para tener malas motivaciones. Y se le da al niño la idea de que él mismo es malo en lugar de su conducta.

La Biblia enseña que todo ser humano nace con una naturaleza pecaminosa.1 Un niño toma decisiones que son malas moralmente, como cuando miente y cuando roba, desde muy temprana edad; pero Dios no lo juzga culpable de ese pecado hasta que tenga la madurez necesaria para comprender y razonar. Mientras tanto, Dios le da al niño padres que tienen la responsabilidad de enseñarle a distinguir entre el bien y el mal, y de disciplinarlo con el fin de ayudarlo a escoger lo bueno y lo que no ha de hacerle daño.

El hijo suyo es un niño listo que se las ingenió para conseguir lo que quería. Es cierto que fue malo moralmente que él sustrajera dinero suyo, pero en realidad él aún no puede comprender eso. Que él haya tomado una parte de su dinero no indica que él carecerá de valores morales cuando sea mayor de edad. Lo que sí indica es que usted tendrá que esforzarse por llevarle al menos un paso de ventaja y asegurarse de que él siempre reciba la disciplina apropiada y constante que merece su conducta.

Dele un abrazo a su hijo de nuestra parte,

Linda y Carlos Rey
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1 Sal 51:5

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