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Caso 222

Tengo un problema serio con el manejo del [dinero en] efectivo. Desde niño [siempre] he trabajado.... Por este motivo, he tenido varios problemas económicos y, en una oportunidad, en uno de mis trabajos descubrieron [que había tomado dinero]. Por la misericordia de Dios, no terminé en la cárcel pero, a causa de este problema y porque no logré terminar de cancelar esa deuda, mi nombre aparece en una lista de personas no aptas para el crédito.

Actualmente, estoy teniendo este problema en mi trabajo. Lógicamente [sé] que tengo que pagar lo que tomé. Pero, sinceramente, no quiero seguir teniendo este mismo problema. Me apena que mi esposa y mis hijos se den cuenta. He estado leyendo libros y escuchando charlas acerca de cómo tener control de las finanzas, pero no logro el objetivo. Sinceramente, no sé qué hacer.

Consejo

Estimado amigo:

Nos alegramos de que nos haya contado su caso. Usted dice que su problema es el manejo del dinero, y sin duda le cuesta trabajo ser prudente y no excederse en sus gastos. Sin embargo, su caso tiene que ver con algo más serio que eso.

Tomar dinero ajeno no es simplemente un problema; ¡es un delito! Usted reconoce que casi fue a dar en la cárcel, y lo cierto es que la cárcel tiene como fin el castigo de actos delictivos. Cuando usted concibe este «problema» como nada más que el no poder manejar bien el dinero, con eso deja de reconocer que lo que le falta es honradez. Tal vez siempre piensa que devolverá  el dinero, pero lo que está haciendo es, simple y llanamente, robar.

Lo primero que debe hacer es pedirle a Dios que lo perdone por quebrantar uno de los Diez Mandamientos.1 Pídale que lo perdone por su falta de honradez y por cualquier otro pecado que esté cometiendo.

Usted no es el único necesitado de perdón. Todos hemos quebrantado las leyes divinas, y cada uno de nosotros tiene que elevar la misma plegaria de perdón por los pecados. Debido a que Jesucristo, el Hijo de Dios, sufrió nuestro castigo al morir en la cruz, usted no tiene que sufrir un castigo eterno por lo que ha hecho.

Sin embargo, hay consecuencias lógicas de su conducta que debe afrontar. Es necesario que halle la forma de reponer todo el dinero que ha robado. Es probable que piense que las personas a las que les ha robado tienen mucho más dinero que usted, y que usted no tiene con qué devolverles ese dinero. Pero usted debe hacerlo de todos modos, no porque necesiten el dinero sino porque usted tiene que eliminar ese cargo de conciencia.

No le va a gustar nuestro consejo para que deje de ser ladrón, pero esperamos que lo acate de todos modos. Para que deje de robar debe confesarle a su esposa o a un amigo que usted tiene ese problema. Pídale a uno de los dos que le exijan que usted les rinda cuentas todos los días respecto a la tentación y si ha vuelto a robar dinero. No logrará vencer esa tentación sino hasta que esté dispuesto a confesarla.

Le deseamos lo mejor,

Linda
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1 Éx 20:15; Dt 5:19

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