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Caso 157

No le he contado esto a nadie. Mi cónyuge... todo el tiempo me golpea. Tengo marcado todo el cuerpo, menos en la cara, así que nadie se da cuenta: sólo mis vecinos, que son discretos y no dicen nada. Hace poco me di cuenta de que él consume drogas [y] bebe alcohol.... Sus amigos no me respetan, su hijo no me respeta, y no sé cómo terminar este calvario. Tengo tres años de vivir así....

Me siento triste, sin saber a dónde ir. Rezo todos los días, pero es en vano.

Consejo

Estimada amiga:

Lamentamos mucho el que usted haya tenido que sufrir a tal extremo a manos del que un día juró que la amaría y la honraría. Usted confió en él, pero él ha quebrantado sus promesas y la ha engañado. Y sin embargo usted sigue siéndole fiel, aun ayudándolo a guardar su horrible secreto. Eso, a su vez, le permite seguir maltratándola.

Cuando él oculta el abuso al nunca pegarle en la cara, su esposo prueba que puede controlarse si quiere. Pero tal vez él no quiera controlarse, ya que es posible que sienta una satisfacción perversa a causa del poder que ejerce sobre usted.

¡Creemos que su vida corre peligro! Si usted ya tiene moretones en todo el cuerpo, quién sabe cuándo se le ocurra a él pegarle y darle golpes más fuertes que lleguen a ocasionarle heridas internas de las que usted no pueda recuperarse. ¿Está dispuesta a sacrificar su vida?

Le aconsejamos que busque otro lugar dónde vivir hasta que su esposo reciba ayuda de parte de un consejero profesional o asista a clases que le enseñen a dominar su enojo sin recurrir a la violencia. Usted también debe buscar un grupo de apoyo que le ayude a aprender a evitar cualquier abuso en el futuro. Y en vez de ocultar el daño que él le ha hecho, muéstreles los moretones a sus familiares y a sus amigos para que ellos puedan apoyar la decisión que usted tome de irse de la casa.

No hay razón alguna para que usted sienta vergüenza; quien debe avergonzarse es él. Es probable que usted lo ame a pesar del abuso, y que no quiera que otros piensen mal de él. Pero para su seguridad y su futuro, usted tiene que dejar de encubrir ese maltrato.

Algunos países tienen leyes que protegen a esposas maltratadas. La animamos a que se valga de cualquier opción legal que tenga a su disposición para proteger su vida.

Usted dice que sus rezos han sido en vano. Nosotros creemos que las oraciones memorizadas no son tan eficaces como las oraciones que proceden del corazón. Si quiere pedirle ayuda a Dios, debe hacerlo empleando sus propias palabras. Invite a su Hijo Jesucristo a que entre en su corazón, y luego tendrá a un Amigo constante que la guíe en las decisiones difíciles que tenga que tomar. Pídale que le dé la sabiduría y la fuerza para hacer lo necesario a fin de protegerse.

Le deseamos lo mejor,

Linda y Carlos Rey

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